A 43 años de distancia de haber iniciado operaciones el Metro, hoy en día, se compone de una red de 226.3 km de vías dobles, 12 líneas en operación, 195 estaciones, 8 talleres de mantenimiento, más de 15 mil trabajadores y más de 5.5 millones de usuarios atendidos diariamente. Sin duda, la infraestructura con la que cuenta este Organismo es una de las más complejas en cuanto a obra civil y arquitectónica se refiere. De las 195 estaciones que posee, 44 son de correspondencia, 12 son terminales con correspondencia, 24 son terminales y 127 son de paso. De acuerdo con información del Sistema de Transporte Colectivo, el metro contaba con cierta cantidad de locales o espacios comerciales ubicados en sus estaciones, de los cuales fue concesionada la renta a nombre de la empresa Cushman Wakefield Operación Inmobiliaria; al 13 de noviembre del año 2008, ésta y otras empresas otorgaban permisos administrativos temporales revocables de 2 a 6 años para el uso, aprovechamiento y explotación de locales comerciales en el Metro, que en conjunto, rebasan las 900 unidades, sin embargo durante la administración de dicha concesión, se violentaron una serie de disposiciones legales de entre las que destacan las relacionadas con el suministro del fluido eléctrico, las de Seguridad e Higiene así como de Protección Civil, lo que desde luego representaba serios problemas para el organismo, sus usuarios y trabajadores. La proliferación indiscriminada y sin control de los espacios comerciales en el STC, ha generado una serie de riesgos e irregularidades innecesarios para trabajadores, usuarios e instalaciones, condición que por supuesto no podemos permitir que se siga dando, porque tal vez para quienes son nuevos en la operación del metro desconozcan muchos de estos problemas, si no, baste recordar que el 28 de febrero de 1976 un incendio acabó con los locales comerciales del pasaje Zócalo-Pino Suarez, que era la única zona critica de aquel entonces. Hasta el año 2008 en la red del metro se encontraban operando más de 900 espacios que albergan una gran variedad de giros comerciales, de los cuales se destacan entre otros los siguientes giros: alimentos y bebidas no alcohólicas, farmacias, panadería, telefonía celular, joyería, numismática, fotografía y revelado, perfumería, venta de ropa y calzado, música (discos, cintas y accesorios), estéticas, boletos de lotería instantánea y tradicional y pronósticos deportivos, librerías, minisúper, productos naturistas, café internet, cajeros automáticos y servicios sanitarios, que se distribuyen como ase muestra en la siguiente tabla: Es evidente que la sola operación de estos comercios al interior del metro, por sí mismos implican riesgos, pero si le sumamos que la institución no los controla de forma directa, estos pueden hacer casi de todo, lo que potencializa los riesgos de forma significativa. Lamentablemente en los últimos 10 años, en el metro se han aumentado de manera preocupante el número de locales comerciales, que no fueron considerados en el diseño original de las estaciones, desafortunadamente esta situación se ha venido desarrollando bajo un esquema que presenta mínimos niveles de planeación, que necesariamente conducen al incremento de los riesgos puros, y que por la enorme cantidad de personas que diariamente se trasladan en este importante medio de transporte, de presentarse algún accidente sus efectos serian catastróficos. Desafortunadamente el desconocimiento y la ignorancia con la que se toman algunas decisiones resultan aberrantes por decir lo menos, pues para el año 2009 se tomo la determinación de agregar más de 610 locales comerciales en distintas estaciones de la red, lo cual vislumbra la incorporación de nuevas condiciones de riesgo, que pueden afectar sensiblemente la seguridad de los usuarios y trabajadores, así como la vulnerabilidad de las instalaciones, pero eso pareciera a nadie importarle, porque se está privilegiando el interés de grupo, por el de la colectividad. El año 2008, el gobierno local se comprometió a otorgar espacios a los comerciantes informales que venden sus mercancías al interior de las instalaciones del Organismo, conocidos como “vagoneros”, una vez más legalizando la ilegalidad. Mediante la entrega de permisos se buscaría mantener la propiedad y el control de dichos espacios, por los cuales los ambulantes tendrían que pagar los metros cuadrados que ocuparan según el derecho de piso establecido en el Código Financiero. Sin considerar lo anterior, empezaron las negociaciones con casi 3,000 “vagoneros” agrupados en nueve organizaciones. Se argumentó que dada esta alternativa, ya no abría la posibilidad de que los vendedores realizaran sus actividades en andenes y sólo se autorizaría para tal efecto, en pasillos o accesos, siempre y cuando no se viera se viera afectado el tránsito de personas o la seguridad al interior del Metro, lo cual resulta inverosímil, además como entender donde se ubicaran los demás porque existen estimaciones conservadoras que advierten la existencia de más de 10 mil vendedores en el metro. No obstante, garantizar que no se vendan productos “pirata” antepone la necesidad de una mayor vigilancia por parte de las autoridades correspondientes, hecho que requeriría de mayores recursos públicos para concretar dicho objetivo, y que esperamos no se busque distraer del metro. Resulta importante aclarar que dada el alza de las tarifas en otros medios de transporte público, la demanda por el uso del Metro, tenderá a elevarse, lo que asegura la falta de condiciones para ubicarlos y poder brindarles un servicio seguro y eficiente. Como se puede observar, aún con tales acciones, la cantidad de personas que se dedican a la informalidad, superan en mucho la cantidad de locales existentes que permita integrarlos ala economía formal, sin embargo a cuatro años de distancia se tiene que reconocer que sus intentos por retirar a los "vagoneros" de los trenes y andenes falló, pues ellos continúan con sus misma practicas y de ello nada se dice. Resulta poco claro entender el argumento de que con la proliferación de espacios comerciales en el STC, se busca incrementar los ingresos del organismo, sin importar los riesgos directos que con tal decisión se estén asumiendo, porque evidentemente el metro se podría allegar de una gran cantidad de recursos extras para sanear sus finanzas e invertir en su mantenimiento y proyectos de desarrollo tecnológico, con tan solo eficientar su sistema de peaje y eliminar todas las cortesías, las cuales deberían cubrirse al Organismo por quien las otorga, porque esta cifra oscila muy cercana al millón de personas diariamente que no pagan por el servicio. Entre 2008 y 2009 el STC realizó una erogación superior a los 50 millones de pesos para construir por lo menos 610 espacios comerciales, que serán entregados a los vendedores ambulantes, ello claro está en contravención de la seguridad de sus trabajadores, usuarios, instalaciones y equipos, pues flagrantemente se violentan las disposiciones legales vigentes en materia de Seguridad e Higiene y Protección Civil, lo cual deja en claro cuáles son los intereses del gobierno local en torno al rumbo que está tomando el STC en este tópico. Porque debemos recordar que la “Ordenanza que regula las condiciones de Protección Civil en la Prestación del Servicio Público a cargo del Organismo Descentralizado Sistema de Transporte Colectivo (metro)" En su artículo Primero determina "que las instalaciones del Metro son zonas de altaseguridad", calificación que sería muy lamentable que se perdiera; adicionalmente el artículo Segundo del mismo documento, señala los criterios para que esta determinación se mantenga, y de manera específica en su FracciónIII establece "La utilización de las instalaciones por parte de los usuarios para los exclusivos fines de la circulación peatonal y transportación”. En concordancia con lo anterior, el Artículo Tercero dispone “Se prohíbe, en las instalaciones del STC a que se refiere el Artículo anterior, la instalación de puestos semifijos para el comercio de cualquier género de objetos y m mercancías y en general la permanencia de personas que utilería, objetos comerciales en las vías, túneles, andenes, corredores, escaleras, accesos, salidas o zonas de distribución". En otro orden de ideas, en los últimos cuatro años, se discutió la situación que guardarían los sanitarios en el Sistema de Transporte Colectivo, dado que no había información pormenorizada sobre las condiciones, características y ubicación de los mismos en el Organismo. De hecho, se llegó a decir que serían colocados en lugares donde no estorbaran, aparentemente se pretende instalar por lo menos 50 espacios más destinados a ofrecer esta clase de servicios. Por otro lado, los sanitarios que vienen operando en Zaragoza, Tasqueña, El Rosario L6/7 presentan serios problemas en su operación, y adicionalmente los ubicados en Centro Médico y Chabacano, se encuentran en lugares con poca iluminación lo que de alguna forma ofrece escenarios poco favorables. En más del 95% de los casos los locatarios están alimentados eléctricamente por las instalaciones del metro, aún cuando por mandato de ley la venta de la energía eléctrica está prohibida, pero lo absurdo resulta que muchos lo hacen de la alimentación preferente, condición por supuesto anómala. La construcción de estos espacios comerciales habrá de disminuir por lo menos un 40% del espacio destinado para el flujo de los usuarios, en los pasillos y correspondencias las líneas, por lo que la posibilidad de realizar exitosamente una evacuación en caso de emergencia sería poco probable, porque además de lo anterior no debemos olvidar que los locales comerciales ni el metro cuentan con la señal fotoluminiscente, requerida por mandato de ley para tal fin. La proliferación de fauna nociva al interior de las instalaciones es otro problema que habrá de incrementarse y los locatarios por supuesto que no se hacen cargo de este servicio, por lo que necesariamente estarían atenidos como hasta ahora, a lo que hace el metro. El dren cubeta de la estación está diseñado para operar en condiciones muy diferentes a las que se le pretende someter, si los nuevos locatarios utilizan el dren para verter materia orgánica, ocasionarán la generación de malos olores y la proliferación de fauna nociva, además del taponamiento del mismo. Otro aspecto a considerar, es que dejen envases de PET que obstruyan los registros de desagüe, situaciones que se presentan con los usuarios de los locales comerciales que se encuentran en operación. Uso inadecuado de instalaciones, este aspecto va relacionado con el uso de los sanitarios de la estación, mismos que se concibieron para cubrir las necesidades exclusivamente de los trabajadores del Organismo. La cuestión en este rubro es: en primer lugar los locales no cuentan con sanitarios, si los empleados de los locales comerciales utilizan los sanitarios, se requerirá mayor personal de limpieza para mantener en óptimas condiciones los mismos, con el consiguiente incremento de insumos (papel y jabón); además de que se puede hacer uso indebido de los mismos, entre otros aspectos. Las reglas de operación para el funcionamiento y seguridad de los espacios y locales comerciales asignados al STC, establece que ningún usuario o proveedor, estará autorizado para tener llave del local 8 (sanitarios), por lo que, los nuevos locatarios efectuarán sus necesidades fisiológicas en las escaleras y accesos más alejados de la afluencia normal de usuarios. Por ejemplo, en la estación Pantitlán, Hidalgo, etc. en particular, ya se presenta esta problemática, en los últimos accesos se percibe un fuerte olor a orines. Debido al aumento de locales comerciales en los pasillos, la temperatura se ha incrementado por la utilización de lámparas de alumbrado incandescentes, la permanencia estática de las personas, así como el uso de aparatos eléctricos, refrigeradores, hornos y calentadores, etc. En época de estiaje, la temperatura ambiental también se eleva, lo que impactaría directamente en la temperatura del interior de la estación, circunstancia que en el año 2008 fue motivo de observación por parte de la Asamblea Legislativa del D.F lo que desencadenó que tanto la Secretaria del Medio Ambiente, la Secretaria de Salud (ambas del GDF) y el laboratorio del STC, realizaran una serie de monitoreos y mediciones, cuyos resultados arrojaron que en varias estaciones del primer cuadro de la red, los niveles de temperatura rebasaron a la que se tiene en el exterior, y a manera de ejemplo, diremos que la estación Hidalgo de Línea 2, Balderas de Línea 1-3, se encuentran en esta circunstancia, lo que se vio favorecido por el incremento del número de locales comerciales. Al día de hoy la proliferación de locales comerciales al interior del las estaciones del Metro es una realidad que no se puede negar, lo que ha desencadenado en la reducción de los pasillos, en muchos casos se usan los lugares destinados a las rejillas que tiene el metro para la circulación natural del aire, lo que entre otros aspectos podría desencadenar el síndrome del edificio (estación) enfermo. El incremento de locales y espacios comerciales en el STC Metro, resulta muy elocuente, pues al presente año cuenta con más de 1450 locales y/o espacios comerciales en sus estaciones, que resultan una bomba de tiempo, como se muestra en la tabla siguiente: Como adición a los ya señalado no podemos pasar por alto el hecho de que existen al unas líneas del metro que de manera parcial o total no cuentan con sistema de red contra incendio, como en las Líneas 4, 5, 7, 8, A y B etc., lo que necesariamente incrementa el factor de riesgo.
Adicionalmente a lo anterior, debemos señalar que el metro no cuenta con drenaje y el sobrecargar sus cárcamos, con la instalación de sanitarios públicos, podría ocasionar inundaciones, además de los concebidos riesgos sanitarios. PROPUESTAS Exhortar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal para que determine lo necesario a efecto de que se suspenda construcción de más locales o espacios que sean destinados al comercio en el Sistema de Transporte Colectivo Exhortar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal y al titular del Sistema de Transporte Colectivo para que presente a la brevedad posible el programa para reordenar y disminuir la cantidad de espacios y/o locales comerciales en el STC, mismo que no deberá ser menos del 50% de los espacios y/o locales vigentes. Que el titular del Sistema de Transporte Colectivo Metro, presente el programa para la cancelación o cambio de giro de forma definitiva e inmediata de los locales o espacios comerciales dedicados a la venta de comida caliente así como de aquellos que ofrecen riesgo para los usuarios y trabajadores del metro. Solicitar al titular del Sistema de Transporte Colectivo un informe detallado y actualizado sobre el censo de todos los locales y espacios comerciales propiedad del Organismo, el cual deberá contener también el giro comercial así como la vigencia del contrato.
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