La falta de crecimiento de la vivienda en la Ciudad de México está afectando el desarrollo urbano; encarece el suelo y la prestación de los servicios y genera desplazamientos masivos de varias horas, lo cual termina por incrementar la polución y deteriora la calidad de vida de las personas. Ante ello, la diputada Dunia Ludlow Deloya, presidenta de la Comisión de Vivienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, expuso que se deben actualizar los programas de desarrollo urbano, generar nuevas leyes en materia de vivienda y desarrollo urbano y, en el corto plazo, revisar y corregir la normatividad para la producción de viviendas de interés social. Lo anterior fue expuesto durante el segundo día de los trabajos previos a la plenaria de los grupos parlamentarios del PRI y PVEM. En esta sesión participaron Pedro Valdez Valderrama, director general adjunto, y Homero Garza Terán, director de desarrollo de mercados, ambos de la Sociedad Hipotecaria Federal, para exponer un diagnóstico sobre la problemática de la vivienda y el desarrollo urbano en la Ciudad de México. Como parte de este diagnóstico se expuso que, en comparación con las cifras observadas a nivel nacional, en la Ciudad de México se construye una cantidad menor de casas, son más caras y hay una menor disposición de viviendas de interés social. Así, de 350 mil viviendas que se producen anualmente en todo el país, la Ciudad de México sólo aporta 5%, y 2.5% de la vivienda de interés social. En la República , el precio de la vivienda ha crecido a una tasa anual de 5%, mientras que en esta ciudad es de 7.8%. Con respecto a 2012 hoy en día la vivienda en esta capital cuesta 31% más, lo cual significa, entre otras cosas, que un trabajador debe dedicar 7.4 años de su ingreso total para poder adquirir un espacio digno. Para enfrentar esta problemática, en esta reunión se planteó que en la Ciudad de México existen zonas donde hay potencial de verticalidad y densificación. Para ello se requiere poner en marcha la planificación integral de la ciudad; aplicar correctamente las normas, con las sanciones debidas para las irregularidades; contar con esquemas que permitan recaudar impuestos y derechos debidos, a fin de financiar las inversiones de infraestructura y servicios necesarios, así como considerar los efectos que pueden tener la dinámica vecinal, con formas de participación ciudadana ordenada y que no inhiba el desarrollo. Un elemento de primer orden, expresaron los representantes de la SHF, es que el dueño de la tierra es la ciudad y la ciudad debe decir qué hacer con ella; la mayor riqueza es la gestión del suelo y es el primer instrumento de desarrollo que tiene, por lo cual, dijeron, debemos decidir cómo queremos repartir las rentas que genera la gestión del suelo. Pedro Valdés Valderrama precisó que la norma 26, dirigida a la construcción de vivienda de interés social y popular, se puede aplicar en todos los tipos de vivienda, “el principio de la norma 26 puede aplicarse para todos los tipos de vivienda y con ello generar más vivienda de interés social a precios más accesibles, porque la clase media es la que ha sufrido duros golpes, pero también es importante generar una norma más accesible para todos para producir más vivienda de todo tipo en la Ciudad de México”. Finalmente, la diputada Dunia Ludlow expuso la necesidad de trabajar en una doble vía: primero, hacer el trabajo necesario para que el Gobierno de la Ciudad y las delegaciones actualicen los programas de desarrollo urbano; y en la ALDF continuar los trabajos para actualizar las leyes de vivienda y desarrollo urbano, en el contexto de la nueva Constitución de la Ciudad de México. Y en segundo, atender de manera urgente la actualización de las normatividad para fomentar la vivienda de interés social.
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